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ETA :  Historia, idelogía y declive de una organización vasca
Desde su fundación en 1959, Euskadi Ta Askatasuna, más comúnmente conocida por su acrónimo ETA, ha sido una de las organizaciones terroristas más notorias de Europa. Su lucha por la independencia vasca ha estado marcada por una violencia sin precedentes, dejando tras de sí un legado sangriento y controvertido. Este artículo examina la historia tumultuosa, la ideología compleja y el declive de esta organización separatista vasca.

Orígenes e historia
ETA nació en un contexto de represión franquista en España y un creciente sentimiento nacionalista vasco. Fundada en 1959, sus primeros años estuvieron marcados por acciones principalmente políticas y culturales a favor de la autodeterminación vasca. Sin embargo, con el tiempo, la organización evolucionó hacia métodos violentos, incluidos atentados con bombas, secuestros y asesinatos.

Las décadas siguientes estuvieron marcadas por una escalada de violencia, con miles de víctimas inocentes y enfrentamientos mortales con las fuerzas de seguridad españolas. A pesar de varios ceses al fuego temporales y negociaciones de paz, ETA persistió en su lucha armada, argumentando que solo la violencia podría garantizar el reconocimiento de la identidad vasca y la independencia de la región.

Ideología
La ideología de ETA es compleja y profundamente arraigada en el nacionalismo vasco. La organización reclama la defensa de los derechos del pueblo vasco a la autodeterminación y la independencia, así como la lucha contra la opresión cultural, lingüística y política impuesta por el Estado español. Sin embargo, su uso de la violencia ha sido criticado a menudo, incluso por algunos partidarios del nacionalismo vasco, como contraproducente y moralmente condenable.

ETA también se ha comprometido en una lucha armada contra el capitalismo y el imperialismo, posicionándose como un movimiento revolucionario radical. Esta retórica anticapitalista a menudo se asociaba con ataques contra objetivos económicos, como bancos o empresas, además de las acciones dirigidas contra las fuerzas de seguridad y los representantes del Estado español.

Declive y desmantelamiento
En los últimos años, ETA ha experimentado un declive significativo, principalmente debido a una combinación de presiones internacionales, enjuiciamientos judiciales y desaprobaciones por parte de la sociedad vasca. Los ataques mortales, incluido el que costó la vida al político socialista español Miguel Ángel Blanco en 1997, provocaron una condena generalizada y socavaron el apoyo popular a la organización.

En 2011, ETA anunció un cese al fuego permanente, seguido por una declaración de disolución en 2018, poniendo así fin a décadas de violencia. Sin embargo, su legado sigue siendo controvertido, con divisiones persistentes en la sociedad vasca sobre la legitimidad de sus acciones y cómo abordar su pasado.